martes, 18 de noviembre de 2014

Percepciones de mujeres rurales de una comunidad peruana acerca de su desempeño con cocinas mejoradas (V)

Cocina mejorada Peru Los Andes

 Te traigo la quinta parte de uno de mis trabajos, vinculado al tema cocinas mejoradas que fue recientemente publicado en la Revista Cubana deSalud Pública titulado Percepciones de mujeres rurales de una comunidad peruana acerca de su desempeño con cocinas mejoradas.
En la Introducción de este trabajo, te explicaba que en la mayoría de los hogares rurales en Perú se usan cocinas tradicionales que emplean combustible productores de humo, contaminante del ambiente con afectaciones en la salud. El control de la contaminación del aire en viviendas rurales está siendo atendido con la implementación de proyectos de cocinas mejoradas.
En publicaciones anteriores, te comenté sobre los objetivos  de esta investigación que eran analizar las percepciones de las mujeres acerca del uso de la cocina mejorada y sus beneficios en salud. Y también te describí las características del método aplicado.
En esta ocasión quiero entregarte la parte final de este trabajo y espero que haya servido para difundir la necesidad de crear condiciones y propiciar la mejora en las condiciones de vida de las comunidades andinas peruanas.


Cocina mejorada Peru Los Andes


EL ANTES Y EL PRESENTE. PERCEPCIONES Y MOTIVACIONES

Día tras día y durante toda su vida, las entrevistadas han pasado muchas horas cerca de la cocina. El migrar de una cocina tradicional a una cocina mejorada constituye, con una poca inversión de dinero y materiales, un cambio significativo en la vida de todas ellas.
De manera favorable, se puede indicar que con la intervención ellas han percibido una disminución de sus malestares oculares, de la tos y de los riesgos de accidentes (quemaduras). La ausencia de confort térmico no las desanima en continuar usándolas. La cocción de los alimentos no representa ya las casi nueve horas diarias que debían estar frente a la cocina tradicional, sino solo tres horas. Las mujeres ya no soplan con fuerza y repetidamente para mantener encendida la leña, y el menor consumo de esta representa un gran alivio al limitado presupuesto familiar. Además, se apreció el agrado de cocinar y permanecer en la cocina con ropa bonita y vistosa, teniendo en cuenta que las manchas y quemaduras pertenecían al pasado.
De manera desfavorable, se determinó que las entrevistadas no supieron indicar el tiempo de vida útil de la cocina mejorada, además de asumir sin indicios de alarma, una menor presencia de humo y no el control total del humo, como se espera con este tipo de intervención (tabla 1).
En los grupos focales se hizo la siguiente pregunta: ¿por qué usar la cocina mejorada y por qué no usar la cocina tradicional? La intención era concretar el aspecto o aspectos claves que incentivó el uso de las cocinas mejoradas (tabla 2).
Entre las motivaciones para el uso de estas cocinas, no se hizo mención al potencial beneficio salubrista que persigue este tipo de intervenciones, por lo que se indagó sobre temas puntales referidos a los procesos de capacitación y supervisión (tabla 3).
Aunque las capacitaciones en salud estuvieron ausentes, con la pregunta ¿qué malestares o enfermedades han disminuido?, se trató de obtener información concreta acerca de las perceptibles mejorías relacionadas con el uso de las cocinas mejoradas. Al parecer, la disminución del humo que amenazaba de manera directa a las mujeres, determinó la menor sensación de malestar en los ojos. Aunque los porcentajes fueran mínimos y solo acredite una leve mejoría de la tos y la gripe, era importante que las mujeres asociaran este bienestar con la cocina mejorada (tabla 4).
 Conversatorio Cocina mejorada Peru Los Andes

DISCUSIÓN
 
El paso de una cocina tradicional a una cocina mejorada sin duda es un cambio significativo en el estilo de vida de las mujeres de la comunidad de San Jerónimo, Apurímac, porque según afirman, conlleva a cambios favorables puesto que reduce considerablemente sus largas y agobiantes jornadas y esfuerzos para cocinar, disminuye los accidentes por quemadura, aminora sus gastos en la compra de leña y pueden mantenerse bien vestidas e impecables mientras cocinan; pero aún en estos hogares rurales los niveles de humo todavía están presentes, ya sea porque las condiciones físicas de las viviendas no ayudan a la evacuación completa de los gases o porque el 80 % de las cocinas mejoradas han sido construidas en espacios donde aún permanecen instaladas las cocinas tradicionales.
A través de los resultados obtenidos de las entrevistas y grupos focales, se pudo determinar que la implementación de cocinas mejoradas no fue un proyecto de salud con procesos que privilegiaran la sensibilización de los temas claves para el mejoramiento de la salud, de ahí que el 100 % de las entrevistadas informó que el proyecto no brindó mensajes en salud y en buenas prácticas, y no supervisó el desempeño de la cocina y de su uso. Estas ausencias, se concretaron en el escaso conocimiento de la población acerca de los temas estratégicos sanitarios y en particular en la nula información acerca del riesgo que representa el contacto permanente con el humo, lo que explica que en el 30 % de los hogares utilizaron simultáneamente las cocinas tradicionales y las mejoradas, y que ninguna de las mujeres se preocupó en utilizar correctamente las hornillas y la leña. Asimismo, ninguna supo precisar correctamente su tiempo de vida útil ni la totalidad de buenas prácticas para su correcta operación, aun con la presencia de una guía de buenas prácticas con imágenes y recomendaciones en español, ubicada al lado de la cocina mejorada. En este caso, se advierte que los desarrolladores no tuvieron un encuentro previo con la población ni se informaron del contexto a intervenir, de lo contrario, los mensajes hubieran respondido a las características particulares de las mujeres, mayoritariamente analfabeta.
El éxito de los proyectos de desarrollo en comunidades rurales se inicia con el conocimiento y comprensión previos de la dinámica social; por lo tanto esta etapa se convierte en un imperativo, no en una opción.
La construcción de cocinas mejoradas, por si sola, no constituye el recurso definitivo para brindar bienestar a la población. Esta es solo un componente dentro de un conjunto de acciones de naturaleza educativa y de salud, que en su totalidad se orientan al propósito de mejorar la salud de las personas, y aunque en este proyecto este propósito no fue mencionado por las mujeres como una de las motivaciones para seguir usándolas, se puede indicar que ellas sí percibieron una mejoría en sus malestares oculares, de tos y gripe, es decir, que aún con mínimas reducciones de humo, se fueron haciendo sensibles las percepciones de mejoría de sus malestares recurrentes.
Debe convertirse en una preocupación permanente que la población conozca e interiorice su real propósito, ya que ante cualquier mínimo desencuentro se corre el riesgo de que sea descartada. En este punto es importante destacar que las bajas temperaturas en las comunidades de los andes peruanos es un tema sensible que ha sido por largas décadas atenuadas por el aparente confort que únicamente les provee los humos de las cocinas tradicionales. Ante ello, se puede indicar que sin tener conciencia del daño que estos ocasionan, no es una posibilidad remota que la población retorne a la cocina tradicional, teniendo en cuenta que para este proyecto las cocinas mejoradas no presentaron ese atributo.
Este estudio nos indica que es imprescindible que se garanticen y maximicen los beneficios salubristas del proyecto, y para ello, deben incorporarse los procesos claves, conocer la población a intervenir y garantizar las condiciones para que el microcontexto doméstico coadyuve en el buen desempeño de la tecnología. Los desarrolladores deben apuntar a que la población no solo se haga favorecedora de una tecnología que le provea un bienestar parcial y transitorio, si no que este bienestar sea total y sostenible.
En fin, la percepción de las mujeres rurales de una comunidad en Los Andes peruanos acerca de las cocinas mejoradas, es favorable fundamentalmente en aspectos que conciernen a la economía familiar como es el ahorro de tiempo en la cocción de los alimentos y menos consumo de leña. La capacitación en salud y buenas prácticas fueron temas ausentes en la concepción del proyecto para el control de la contaminación del aire en viviendas rurales, de ahí que la percepción de las mujeres relacionadas con la salud es limitada y aunque describen la presencia de menos humo, mejoría en el dolor ocular y en la tos, no incluyen estos aspectos favorables en su decisión de seguir usando las cocinas. 
Se recomienda hacer los ajustes necesarios según el área de estudio para llevar a cabo un real proyecto de salud eficiente y participativo.

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