¿Qué es una
cocina mejorada? ¿Cómo construirla? ¿Basta con su construcción y uso para que
mejoren los indicadores de la salud de los habitantes de las viviendas andinas?
Estas preguntas me asaltaron desde que supe de ellas y los diferentes programas
que existen para su implementación.
Las cocinas
mejoradas son eficientes tecnologías apropiadas, construidas con materiales
sencillos de albañilería local (adobe, barro, pelos de animales, azúcar, sal,
etc.), de muy fácil encendido y manipulación. Una de sus mayores ventajas es
que cuentan con una chimenea que permite la evacuación de los humos fuera del
ambiente donde se cocina.
En China, un
programa nacional de cocinas mejoradas instaló más de 180 millones en hogares
rurales desde principios de 1980, y un estudio de cohorte retrospectivo mostró
que las incidencias de cáncer de pulmón y de EPOC disminuyeron en el tiempo
transcurrido desde su instalación.
Algunas
intervenciones comunitarias que utilizaron cocinas mejoradas lograron evaluar
los beneficios potenciales para la salud con menores exposiciones al humo de
combustibles sólidos. Un ejemplo reciente de tal intervención es la realizada
en México, que demostró en condiciones reales de campo una reducción media de
70,0% de concentraciones de contaminación en el aire interior. En consecuencia,
el uso de una cocina mejorada de biomasa redujo varios marcadores adversos para
la salud en las mujeres, tales como síntomas respiratorios, dolor en los ojos y
dolor de cabeza, incluso después de un corto tiempo de seguimiento.
En Perú, una
investigación financiada en año 2005 por la Organización Panamericana de la
Salud (OPS) orientada a medir el impacto de la reducción del humo en
interiores, en la salud de los pobladores en la sierra peruana, demostró que
los síntomas respiratorios, tales como la reducción de la expectoración y la
tos crónica en las mujeres se relacionaba con las concentraciones de
contaminantes intradomicialiarios, que decrecieron con el uso continuo de las
cocinas mejoradas.
Ante esta
evidencia, y con el propósito de mejorar las condiciones de salud, diversas
instituciones peruanas están promoviendo a gran escala la construcción de
cocinas mejoradas en viviendas de la sierra peruana, imitando cruzadas tales
como la Campaña Medio Millón de Cocinas Mejoradas por un Perú sin humo,
liderados por el Consejo de Ministros, y Programas de Viviendas Rurales
Saludables llevadas a cabo por el Ministerio de Salud y Organizaciones No
Gubernamentales (ONG), iniciadas todas ellas en 2009. A la fecha no se conoce
el impacto de dichas acciones en la reducción de las infecciones respiratorias
agudas (IRAS).
Sin lugar a
dudas, estas tecnologías relativamente sencillas y económicas reducen la
contaminación en interiores y logran duplicar la eficiencia energética de sus
contrapartes "tradicionales". Tal vez por ello sea que los factores
considerados como determinantes en el éxito de estas intervenciones y el uso a
largo plazo de la comunidad impliquen tan sólo interacciones de factores
tecnológicos, de beneficio económico y de infraestructura.
El
reemplazar las cocinas tradicionales por las mejoradas ha sido identificado
como un recurso potencial para reducir el impacto de la contaminación del aire
en la salud humana, aun más cuando el Perú, año tras año registra altos niveles
de IRAS.
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