Aunque la epidemia del Ébola parezca alejada de América, hoy quiero hablarte sobre esta enfermedad. Conversando con amigos y colegas de trabajo me he percatado cuanto desconocemos sobre ella.
Confieso que hasta yo he dudado en algunas ocasiones en dar una respuesta. Tuve la oportunidad de leer el artículo “Everything you know about Ebola is wrong” de Tara Smith y de allí extraigo algunas ideas que quiero compartir contigo.
El actual
brote de Ébola es único por varias razones. Es la
primera vez que un brote de Ébola atrae el interés internacional de todos los
medios de comunicación, es la primera vez que se detecta en el oeste de África,
es la primera vez que afecta a poblaciones urbanas, es el más extenso de los
habido hasta ahora, y es la primera vez que ha infectado y matado ciudadanos de
otros países. Pero además del interés, desgraciadamente, hay cierta histeria
y exageración.
Te quiero
comentar algunos mitos que circulan sobre esta enfermedad
infecciosa.
Mito nº 1:
el Ébola ha matado a mucha gente
La infección por Ébola es muy seria, con tasas de mortalidad
muy altas, pero la realidad es que no ha habido muchas muertes en total por el
Ébola. Desde que se detectó por primera vez en 1976, el Ébola ha causado
aproximadamente unos 4.000 infectados y 2.400 muertos, lo que supone una media
de 64 muertos por año en 38 años. Por el contrario, la malaria mata más de
600.000 personas al año, cerca de 68 personas por hora!
El Ébola es
exótico, aterrador y un buen reclamo mediático pero no está entre los microbios
asesinos más peligrosos. Si realmente te preocupan las causas de muertes, los
accidentes de coche, la gripe o incluso los rayos en días de tormenta matan más
gente que el Ébola.
Mito nº
2: el Ébola siempre es mortal
Existen
cinco tipos distintos del virus Ébola: Zaire ebolavirus, el más mortífero y el que
está causando el actual brote en África; Sudán ebolavirus, el siguiente en
mortalidad y en frecuencia de brotes; Bundibugyo ebolavirus, del que solo ha
habido un brote en 2007; Taï Forest ebolavirus, con un único caso humano; y Reston ebolavirus.
Los cuatro
primeros son todos de origen africano, y la tasa de mortalidad va desde un 25%
para el ebolavirus Bundibugyo hasta casi el 90% en algunos brotes de Zaire ebolavirus.
Por tanto, no todos los infectados por Ébola mueren.
El
ebolavirus Reston, por ejemplo, no es mortal. Se descubrió en Filipinas y de
ahí se importó a EE.UU. en un cargamento de monos para investigación hasta
Reston (Virginia). Los monos enfermaron y en 1989 se identificó el virus
Reston. Se descubrió que uno de los cuidadores tenía anticuerpos contra el
virus, lo que significaba que había estado expuesto al virus. Sin embargo, no
tuvo síntomas. Desde entonces el ebolavirus Reston se ha encontrado en más
personas e incluso en cerdos en Filipinas, pero ninguna persona ha enfermado.
Mito nº
3: todo el mundo que muere de Ébola sufre horribles hemorragias generalizadas
Influenciados
por espectaculares secuencias de películas como Zona Caliente de Dustin
Hoffman, se cree que la infección por Ébola supone que te licúas por dentro y
sufres hemorragias por todos los orificios de tu
cuerpo. Pero esto no es lo más común. Lo más frecuente es que los pacientes se
encuentren muy débiles y con fiebre alta. Puede haber
sangre en vómitos y diarreas y ocasionalmente en las encías y por la nariz. El
mayor problema es la deshidratación y en algunos casos la administración de
fluidos por vía intravenosa puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Pero la sangre no se desparrama de la piel de una persona con solo tocarle,
como la película Zona Caliente sugiere.
Mito nº
4: el Ébola proviene de los monos
La película
Estallido, en la que un simpático mono capuchino es el origen de muerte y destrucción,
ha extendido la falsa idea de que el virus proviene de los monos.
Es verdad
que los primeros casos humanos de un brote de Ébola suelen surgir por contacto
con monos infectados, o por consumir carne de animales salvajes, no solo de
monos. Pero los primates no son el origen del virus. De hecho, incluso el
ebolavirus Reston puede enfermar a los monos y los otros virus Ébola son una
de las primeras causas de muerte de chimpancés y gorilas en África central.
En realidad, los primates no humanos sufren por el Ébola mucho más que
nosotros.
Por el
contrario, los murciélagos que comen frutas parecen ser el primer reservorio o
almacén del Ébola. Las personas se pueden infectar del Ébola por comer
murciélagos, o por estar en contacto con superficies o frutas que los murciélagos
hayan contaminado, o a través de otros animales que se han infectado por los
murciélagos y actúan como intermediarios, como los chimpancés o los gorilas.
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